España cuenta con la ventaja de ser miembro de la Unión Europea y de la OTAN, lo que nos permite una colaboración con nuestros aliados, beneficiarnos de las sinergias que puedan surgir entre las diferentes capacidades industriales de los países, optimizar los recursos para acelerar la consecución de resultados y alcanzar una mayor especialización de nuestro know-how. Este último punto no solo nos permite contar con mejores medidas de defensa, sino que además nos posibilita exportar nuestros productos a otros países, contribuyendo a la riqueza de nuestro país.
De dónde venimos
Tras el estallido de la guerra de Ucrania se puso de manifiesto la importancia de reforzar los presupuestos de defensa nacionales para garantizar la soberanía nacional. La ministra de Defensa acaba de anunciar que en 2024 España invertirá el 1,3% del PIB en los diferentes programas de defensa activos, mientras se mantiene la meta de llegar al 2% acordado por los países miembros de la OTAN para 2029.
Este aumento de la inversión de la producción de la industria de defensa presenta oportunidades que van mucho más allá de las estrictamente militares. La inversión en defensa supone un catalizador de la economía nacional. La creación de puestos de trabajo altamente cualificados contribuye a desarrollar este sector diferencial cuya aportación a mantener un tejido productivo de calidad está fuera de toda duda.
Uno de los ingredientes clave para esta receta de éxito es la colaboración entre organismos públicos y empresas privadas. Los beneficios que se generan a través de estas alianzas permiten el desarrollo económico a la vez que se acelera la consecución de objetivos que, si fueran llevados a cabo en exclusiva por las administraciones, requeriría un mayor número de recursos y tiempo.
Cómo alcanzar una producción de defensa competitiva
Para poder tener una industria competitiva de defensa debemos poner el foco en todas las fases que implican el ciclo de vida de un producto. Empezando por el propio diseño y desarrollo de los conceptos que más tarde se vayan a producir. Contar con unos cimientos sólidos en el arranque de cualquier tecnología es vital para llegar a buen puerto y en los plazos y condiciones que nos habíamos marcado.
Una vez concluida esta fase inicial de diseño y prototipado llega la hora de la fabricación. En este punto es capital disponer de las infraestructuras y los medios que nos permitan realizar una producción bajo los más altos estándares de calidad. Contar con las infraestructuras adecuadas en función del tipo de tecnología y montaje a realizar es vital, como salas limpias, donde un control electrostático y de la contaminación ambiental es esencial para evitar dañar los dispositivos electrónicos, incorporar el IoT a la producción industrial o la automatización de las líneas de montaje y producción son algunos de estos elementos clave. En definitiva, contar con una fábrica con los medios adecuados, conectada e inteligente que nos permita tomar decisiones en tiempo real en todo momento.
Otra cuestión clave que debe considerar seriamente la producción industrial de defensa es el control de calidad constante de sus operaciones. No solo nos garantizará que los productos que alcanzan a los usuarios cumplen los más altos estándares de seguridad, también podrá permitir la certificación de estas soluciones y tecnologías, que pueden resultar de una gran utilidad de cara a poder exportar estos productos a otros mercados.
Además, si queremos aspirar a disponer de una industria de defensa de referencia nuestro compromiso no puede acabar en la entrega del producto a su usuario. Debemos ofrecer un servicio constante: desde la integración de los productos hasta la incorporación de mejoras futuras, pasando por un servicio técnico comprometido con la funcionalidad y operaciones de los clientes.
Centro de excelencia tecnológica de Valdepeñas
Grupo Oesía está a la vanguardia en el desarrollo y producción de soluciones de alta tecnología en el campo de la defensa. En concreto, el grupo cuenta con un centro tecnológico en la ciudad de Valdepeñas, en Ciudad Real, para desarrollar, fabricar e integrar sistemas electrónicos de gran valor estratégico. En sus más de 18.000 m2 trabajamos para clientes tanto nacionales como de otros países del mundo. Nuestro equipo de expertos y su compromiso con el trabajo bien hecho nos permite dar soporte continuo, cubriendo todo el ciclo de vida de los productos.
Nuestras líneas de producción, las salas limpias para desarrollar con total garantía equipos electrónicos, el sometimiento continuo a pruebas de calidad de los productos o el uso de plataformas IoT para obtener información y tomar decisiones en tiempo real, nos convierten en un centro de referencia de producción de defensa a nivel internacional. Todo ello cumpliendo con los más altos estándares medioambientales que nos permiten ser una empresa responsable con nuestro planeta.
Grupo Oesía cuenta, además, con más centros de producción en otras ciudades de España, como Madrid, Getafe, San Sebastián de los Reyes, Vigo o Cádiz, que complementan la actividad de nuestro centro de Valdepeñas, contribuyendo a crear un tejido empresarial de calidad e inclusivo de toda España.
La importancia de la producción industrial de defensa
En el corazón de una fábrica dedicada a la creación de productos de defensa late la esencia de la innovación y la adaptabilidad. Convertirla en una fábrica inteligente y conectada es elevarla a la vanguardia de la excelencia, donde la tecnología se funde con la misión crucial de salvaguardar la seguridad nacional y así contribuir al desarrollo de nuestras sociedades democráticas.
Al incorporar tecnología como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, la automatización o la simulación, tejemos una red de eficiencia que responde en tiempo real a los desafíos cambiantes de una industria que tiene que dar respuestas a preguntas clave para todos nosotros. Esta conectividad entre máquinas no solo impulsa la calidad y consistencia del equipo militar, sino que también infunde agilidad en nuestros pasos, permitiéndonos crecer con la evolución tecnológica y anticiparnos a las amenazas emergentes. En cada rincón de esta fábrica iluminada por la innovación, forjamos no solo productos de defensa, sino también un legado de seguridad y adaptabilidad que, más tarde o más temprano, creará productos y soluciones cuyas aplicaciones trasciendan las áreas de la seguridad, transformando nuestro mundo y nuestra forma de vivir y relacionarnos con las personas de nuestro entorno.
Invertir en producción industrial de defensa contribuye, por tanto, al desarrollo tecnológico de los países, garantizar la seguridad de sus ciudadanos y aumentar la capacitación de sus trabajadores. Además, debido a las particularidades de esta industria, la producción industrial de defensa no tiene por qué desarrollarse cerca de grandes núcleos urbanos. Esto permite que la Industria de Defensa pueda convertirse en un elemento vertebrador de territorios de un país, apostando por el talento que no se encuentra alojado en las grandes ciudades y permitiéndole aportar todo su potencial a la sociedad.
Raúl Martínez, Director de área de Producción en Grupo Oesía
