Desde hace unos años, el 17 de Mayo se celebra el Día Mundial de Internet, y ahora más que nunca, se debe hacer un uso seguro y responsable de la red y el ciber espacio, teniendo en cuenta cómo nos podemos mostrar y exhibir en las diferentes páginas web y aplicaciones.
La huella digital es un conjunto de datos que un usuario genera al hacer uso de cualquier recurso de Internet. Hay diversas maneras de dejar un rastro en Internet, entre ellas, navegar por una página web. Al hacerlo, le estamos otorgando al propietario de la web información técnica como la dirección IP, la cual identifica a nuestro dispositivo y nuestra geolocalización, así como datos de carácter más generales como idioma, sexo, edad, etc…
Toda esta información se almacena en las conocidas cookies, las cuales podemos aceptar o rechazar en cada web a la que accedemos, aunque en algunas webs es realmente difícil llegar a la opción de rechazar todas las cookies. Algunas de estas cookies sirven como estadística interna de la web para su propio análisis de mercado, o para realizar una campaña de marketing personalizada para cada cliente, pero en muchos otros casos, se comparten con terceras empresas, las cuales almacenan numerosos datos recogidos de diferentes orígenes para componer finalmente un perfil de usuario, en el cual se reflejan los datos físicos, virtuales o incluso los gustos o intereses del usuario.
Esta información es muy útil para muchas empresas, pero también puede afectarte en tu vida personal, ya que estos datos pueden ser vendidos a otras empresas, las cuales pueden tener o no unos intereses diferentes.
Pero tu huella digital no está compuesta únicamente por la información que recogen las cookies, también entra en juego la información que voluntariamente se sube a Internet por parte del usuario, como datos personales en redes sociales, fotos personales, usuarios y contraseñas que se asocian a tu dirección de correo.
Desde Oesía te detallamos 5 situaciones en las cuales te podría afectar la huella digital en la vida personal y profesional:
1 Entrevistas de trabajo
Cada vez es más frecuente que los equipos de recursos humanos, personal y otros departamentos relacionados con la contratación de empleados, dediquen un tiempo a recabar información sobre los posibles candidatos. Para realizar esto, con la información contenida en el propio CV, pueden investigar sus perfiles en redes sociales, sus nombres de usuario para, a partir de ellos, comprobar publicaciones que hayan realizado en algún blog o página web. Esto puede suponer una ventaja o desventaja para el posible candidato, en función de cómo haya gestionado su huella digital.
Una mala gestión de tu huella digital, en este caso, podría ser realizar continuas declaraciones personales conflictivas que supongan un rechazo para la propia entidad, ya que preferirá que no se puedan relacionar ciertas opiniones personales con su identidad de marca. Otra posible situación que se puede dar, es que el candidato en cuestión tenga como hábito subir publicaciones a las redes en su sitio de trabajo, algo que no suele ser positivo a la hora de contratar a una persona.
Una buena práctica, en este caso, sería medir qué se publica en redes sociales y qué opiniones podrían ser valoradas negativamente por los organismos a los que te podría interesar pertenecer en el presente o en un futuro.
2 Pólizas de seguro
Las compañías aseguradoras también aprovechan toda la información contenida en la red para realizar sus estimaciones económicas en los seguros privados.
En función del tipo de seguro, pueden guiarse por distintos datos publicados en Internet. Por ejemplo, para un seguro de vida, tu huella digital en las redes puede ser muy útil para las aseguradoras, ya que pueden comprobar, a través de las publicaciones del propio usuario, el estilo de vida, los excesos, si practica deportes de riesgo, etc… Por lo que la aseguradora tendrá muchos más datos con los que analizar al cliente que con las preguntas clásicas habituales.
Según el tipo de publicaciones y la presencia que tengas en Internet, este tipo de seguros podrían salirte más caros o más baratos, por lo que una correcta gestión de tu huella digital, puede ahorrarte un dinero cada mes.
3 Ataques de phishing
Un ataque de phishing es un método por el cual un atacante intenta obtener datos, credenciales o rédito económico suplantando la identidad de una entidad o persona conocida por el usuario.
Con tu huella digital, el atacante puede conocer los sitios web en los que tienes creada una cuenta, o las empresas que te han prestado algún tipo de servicio. Esto puede ser, por ejemplo, entidades bancarias, compañías telefónicas, servicios de mensajería, etc… Con estos conocimientos, un atacante puede intentar realizar un ataque de tipo phishing.
Este tipo de ataque se ha multiplicado exponencialmente en los últimos tiempos, siendo con claridad el método más utilizado de obtención de contraseñas. Por ejemplo, ¿quién no ha recibido alguna vez un SMS de Correos indicando que para recibir el paquete que está esperando debe entrar en cierto enlace? ¿O el típico correo de tu compañía telefónica con un enlace para modificar tu contraseña? Estos son dos de los ejemplos con más ocurrencia en la actualidad, pero hay muchos más casos en los que puedes ser víctima de un ataque de phishing.
Para evitar lo máximo posible caer en estas estafas, siempre se han de seguir los consejos generales contra los ataques de phishing:
- Observa el remitente y si el dominio de o el número de teléfono no pertenece a la entidad supuestamente emisora del mensaje, desconfía.
- No hagas clic en enlaces sospechosos, y si tienes cualquier duda, accede directamente a la web de la entidad.
No debes dar ningún dato personal por teléfono, SMS o email.
4 Suplantación de identidad
Un perfil generado a través de la huella digital de una persona, puede involucrar muchos datos de diferentes ámbitos, por lo que puedes componer los rasgos esenciales de una persona, tanto físicamente como intelectualmente, o incluso su carácter e intereses. Por este motivo, no es complicado que una persona con toda esta información y malas intenciones, pueda realizar fácilmente una suplantación de identidad.
Para este cometido, normalmente, requiere de ciertos datos de la persona: credenciales, datos personales, contactos o fotos del sujeto (las cuales se pueden obtener de cualquier red social en la que esté inscrito). De esta forma, un hipotético atacante podría suplantar la identidad de su objetivo con facilidad, ya que los contactos con los que interactúe pensarán en todo momento que están hablando con la persona original. Con este objetivo cumplido, el suplantador podría obtener mucha más información o incluso beneficios económicos.
5 Solicitar una hipoteca
Este caso es parecido al de las pólizas de seguro, ya que utilizan la información de las redes sociales para comprobar el estilo de vida de la persona solicitante de la hipoteca, sobre todo en lo referido a cómo se gestiona en el ámbito económico. También, con la red social LinkedIn pueden observar la duración media de un empleo en toda su vida laboral, ya que aparece este dato normalmente en los perfiles de la red social.
Cómo conclusión a este artículo, hay ciertos datos que serán inevitable que almacenen ciertas empresas si se desea tener una vida en servicios de Internet, por lo que cierto porcentaje de tu vida estará en tu huella digital, pero lo que podemos hacer cada uno de nosotros por disminuir las posibilidades de que nos puedan afectar cualquiera de las situaciones descritas anteriormente, es intentar mantener visible y accesible únicamente lo imprescindible y lo que realmente no nos pueda suponer un desventaja en el futuro. Por lo cual, cuida tu imagen en Internet igual o más que tu imagen física en la vida real y piensa antes de publicar.