Uno de los principales desafíos que veo en este escenario es lograr un alto nivel de interoperabilidad en nuestro Sistema Nacional de Salud dados los beneficios tremendos que nos ofrece en la práctica clínica y en la investigación.
¿Qué entendemos por interoperabilidad?
La Interoperabilidad es el intercambio seguro de información electrónica de salud entre dos o más sistemas, y el uso autorizado, según normativa, de la manera más eficiente de esta información.
Hablamos de dos componentes esenciales:
- El intercambio de información entre sistemas: que los sistemas estén diseñados y desarrollados de tal manera que el esfuerzo de integración sea mínimo.
- El “idioma” o interoperabilidad semántica: la capacidad de los sistemas de entender los datos que están compartiendo.
La pandemia ha sido el catalizador de todos los esfuerzos e iniciativas que se vienen haciendo en este ámbito, por nuestra necesidad urgente de compartir información a nivel nacional e internacional para afrontar la COVID-19.
La Comisión Europea tiene como prioridades en el periodo 2019-2025 la creación de un espacio europeo de datos en el sector sanitario, donde la interoperabilidad juega un rol muy importante. Por ello, España tiene el objetivo de crear un espacio nacional de datos entre todas las comunidades autónomas, pero aún no están claro los lineamientos y la estrategia.
¿Por qué es importante?
Podemos identificar cuatro razones de peso para convencernos de lo valioso que es alcanzar la interoperabilidad:
- Garantiza la continuidad de cuidados: ya que nos permite conectar los diferentes niveles de atención, brindando una atención médica de calidad a las personas, en cuanto a garantizar un mejor diagnóstico y mejores alternativas terapéuticas.
- Incrementa la productividad de los profesionales de salud.
- Estandariza el intercambio de información y el idioma en el cual se conectan. O sea, garantiza la capacidad de entendimiento, da la bienvenida a herramientas como la inteligencia artificial, que nos permiten explotar los datos en información valiosa, no solo a nivel asistencial sino también en el ámbito de la investigación.
- Facilita la investigación médica. Al tener un dato estructurado les permite a nuestros investigadores conseguir la información necesaria para sus estudios a gran escala. Beneficio que retorna a nuestra sociedad en mejores formas de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades.
Hablamos de personas
Veamos todo esto con un ejemplo muy simple. Ana, una mujer trabajadora de 35 años con diagnóstico de Cáncer de Mama.
Cuando Ana acude a nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) para que le resolvamos una dolencia particular, ante sus ojos, se trata de un único proceso. Pero para los que estamos por detrás de este viaje que emprende Ana en el SNS, hasta que sea diagnosticada de Cáncer de Mama, sabemos que hay muchos sistemas operando a la vez: tenemos que ser capaces de acceder a los sistemas (compartir la información), poder intercambiar esa información y lograr utilizar esa información en el entorno asistencial. Y mucho más ahora que cada vez más incorporamos los datos genómicos que enriquecen la calidad de atención médica.
Este tipo de desafíos los vemos con frecuencia en el sector sanitario. Probablemente, en el caso de Ana, ha sido necesario hacerle una biopsia y es posible que haya necesitado de una segunda opinión médica, ya que estamos hablando de una patología bastante importante. ¿Estamos preparados para facilitar el intercambio de información que requiere un caso como este?
Además, vemos dificultades en el mercado a nivel de la interoperabilidad de la imagen médica de anatomía patológica, que impide llevar a cabo actuaciones como esta, donde necesitamos tener una visión integral del paciente. Y si Ana necesita acudir a un centro especializado para sus sesiones de quimioterapia, ¿estamos preparados para intercambiar información de forma segura a través de los dispositivos médicos?
Al observar lo que viene sucediendo en el sector, encontramos a instituciones con muy pocas armas para dar respuesta a un posible ciberataque. Y esto es de considerable importancia, ya que es una puerta de entrada vulnerable para todo nuestro Sistema Nacional de Salud, y especialmente a nivel de los dispositivos médicos. Hay un documento valioso en este ámbito elaborado por el Comité Técnico de Interoperabilidad del SNS de la SEIS (Sociedad Española de Informática de la Salud) que les invito a leer, ya que brinda recomendaciones importantes para aquellos que están inmersos en proyectos con dispositivos médicos.
Por otro lado, a través de nuestra experiencia con nuestras soluciones para la enfermería, presentes en más de 80 hospitales de toda España, también encontramos diferentes “idiomas” en los sistemas. Esto lo vemos en los diferentes niveles de atención y mucho más entre comunidades autónomas. Esto dificulta el proceso asistencial y también la investigación.
Muchas veces creamos productos, y lo digo desde el lado de la industria, que no facilitan las bases necesarias para la interoperabilidad. Nosotros, en el 2005, hicimos un esfuerzo enorme en la compañía para migrar nuestros productos a plataformas más interoperables, pero aún hay mucho trabajo en conjunto con el SNS en sus diferentes centros asistenciales con la interoperabilidad semántica, como la he definido anteriormente, el “idioma”. Si somos capaces de articular las necesidades del ámbito asistencial y las necesidades del ámbito de la investigación, y nos ponernos de acuerdo de cómo estructurar, almacenar y compartir toda esta información, agregaremos valor incalculable a todo el proceso asistencial y de investigación.
¿Cómo alcanzar el desafío de la interoperabilidad?
Quizás permitiendo la entrada de nuevas tecnologías como el blockchain que incrementa el nivel de confiabilidad y seguridad de la información que se comparte, o el data fabric que podría ayudarnos con la administración e integración del dato sanitario con una arquitectura innovadora que gestiona datos de fuentes servidores físicos o en la nube, presentes en sistemas de información tan complejos como los hospitales.
Lo que sí estamos de acuerdo y hay un amplio consenso a nivel europeo es que necesitamos contar con un centro de competencia nacional en temas de interoperabilidad sanitaria. Este ente debe señalar las directrices que favorezcan este intercambio de información en todo el SNS, bajo estándares internacionales y un solo “idioma”. Todo ello, apoyado por el rol regulador del Ministerio de Sanidad, que establezca un marco normativo que apueste por la interoperabilidad y defina incentivos que eviten el bloqueo de información.
Algún ejemplo de ello tenemos en Estados Unidos, donde a principios de 2019 el departamento de salud (HHS) propuso una nueva norma añadida a la “Ley de Cuidados del Siglo 21”, para respaldar el acceso, el intercambio y el uso seguro de la información de salud electrónica: “21st Century Cures Act: Interoperability, Information Blocking, and the ONC Health IT Certification Program”. Para ello, incluyeron unas condiciones de certificaciones para los desarrolladores TIC que promueven la interoperabilidad y evitan el bloqueo de información.
¿Y cómo está España en términos de Interoperabilidad?
Según el estudio de interoperabilidad de la historia clínica electrónica (HCE) de la Unión Europea publicado en el 2020, España está en un bajo nivel de interoperabilidad de la HCE en los diferentes niveles de atención sanitaria (atención primaria, hospitales y centros especializados) situándose entre el 25-50% y una interoperabilidad casi nula a nivel socio-sanitario y cuidados del hogar.
En conclusión, tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo a nivel regional, nacional e internacional, dado que cada vez nos movemos más por trabajo, estudios o placer, con la finalidad de fomentar esta continuidad de cuidados que tanto necesitamos para nuestras familias.
Trabajemos juntos por la interoperabilidad. Es una necesidad a nivel mundial, europeo y a nivel país, busquemos darle visibilidad e impulsemos su prioridad en la Estrategia Nacional de Salud Digital, Plan de Recuperación y Resiliencia (componente 11) y en el PERTE de Salud. Pongámonos de acuerdo todos para hablar un mismo “idioma”, independientemente del nivel asistencial, de la Comunidad Autónoma. Así, veremos reflejado este valor de la interoperabilidad a nivel asistencial, brindando una atención de calidad, mejorando la experiencia de nuestros ciudadanos cuando visita el SNS y facilitando la información necesaria para nuestros investigadores.
Desde Oesia Healthcare resaltamos la importancia de la colaboración pública-privada en el ámbito de la Interoperabilidad Sanitaria. Estamos comprometidos con el diseño y desarrollo de productos bajo estándares internacionales que apoyen esta causa y eviten el bloqueo de información entre sistemas.
Yulisa Dominguez MD, MBA, Senior Clinical Product Manager en Grupo Oesía